Asimilar mejor los alimentos

Alimentarse, comer, nutrirse… aparentemente es un asunto bastante sencillo. Elegimos los alimentos que nos apetecen en ese momento, empezamos con un mordisco inicial, y cuando nos queremos dar cuenta hemos disfrutado de una apetitosa comida con la cual obtendremos la energía y los nutrientes necesarios para que nuestro organismo tenga un funcionamiento correcto.
Parece un proceso sencillo, pero tan solo lo parece.

Desde que entran en nuestra boca, los alimentos se empiezan a transformar ya que entran en contacto con sustancias que los modifican (tanto química como mecánicamente) para que nuestro aparato digestivo pueda extraer de ellos todo lo que le interese a nuestro cuerpo, como vitaminas, grasas, proteínas, y glucosa o azúcares.

Pero no todos los tipos de alimentos nos sientan igual a unas personas y a otras, ni todos los tipos de cocinados son beneficiosos para todos los organismos, y no todos somos capaces de extraer todas las sustancias beneficiosas y absorberlas correctamente.

El proceso finaliza cuando nuestro aparato excretor expulsa todos aquellos restos que no han sido de interés para nuestro aparato digestivo.

Pero la complejidad del aparato va más allá. Los diferentes componentes de nuestra dieta interaccionan entre sí, produciéndose una dinámica interesante y curiosa.

Unos elementos ayudan a otros favoreciendo la absorción de ambos, como es el caso de la vitamina C y el hierro. El hierro es un micronutriente, es decir, necesitamos cantidades muy pequeñas de él pero que son esenciales para que funcione correctamente nuestro organismo. Cuando el hierro lo combinamos con vitamina C, su absorción se incrementa, ya que esta vitamina puede actuar modificando su forma química y haciéndolo así más fácilmente absorbible. Por eso es beneficioso tomarse un zumo de naranja cuando comemos lentejas, por ejemplo.

Otros compiten entre sí para poder ser adsorbidos primero. Esto es lógico, los 2 elementos no pueden pasar por el mismo canal al mismo tiempo, de forma que uno de ellos atravesará por el canal con mayor eficiencia que el otro. Generalmente no suele haber muchos problemas de competencia, pero cuando sobrenutrimos el elemento más afín puede haber algún caso de deficiencia del elemento menos afín, este es el caso de la pareja cobre-cinc. Sí tomamos una suplementación de cinc podemos desarrollar una deficiencia de cobre.

Y como no, las sustancias perjudiciales, como ciertos fármacos, el tabaco y el alcohol también tienen su papel en este juego de las interacciones entre nutrientes. No aportan nada bueno a nuestro cuerpo, al contrario, tanto el tabaco como el alcohol tienen un efecto nocivo en nuestra salud como en el correcto funcionamiento de la digestión ácida. Esto provoca un déficit en esta función y una mal absorción de ciertas vitaminas y minerales.

Los medicamentos pueden sernos de gran utilidad en varias circunstancias, pero hemos de tener precaución con ellos. La mayoría de los fármacos son absorbidos en el intestino delgado, y por lo general causan deficiencia de absorción de nutrientes, ya sea porque alteran la capacidad de absorción intestinal, o porque ejerzan otros efectos como acelerar el transito intestinal…

A veces determinados componentes secuestran a algunos nutrientes impidiendo que éstos puedan ser captados por las células del intestino delgado (que es donde se realizan la mayor parte de las reacciones digestivas y de la absorción).

La fibra es un componente imprescindible en nuestra dieta ya que tiene un sinfín de beneficios para nuestra salud, pero la fibra ingerida en exceso también puede ser perjudicial para nuestro organismo. La fibra puede actuar como secuestradora de minerales como el calcio, el cinc o el cobre ya que pueden quedar atrapados dentro de la fibra que llega al intestino, y como la fibra no se puede descomponer, estos minerales tampoco pueden ser liberados y no se pueden absorber, por lo tanto se eliminan junto con la fibra que los atrapó.

Cuando conocemos cuales son estas interacciones entre nutrientes podemos aprovechar mucho mejor todo lo que ingerimos y, por lo tanto, lo asimilaremos mejor y estaremos más sanos.

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